jueves, 6 de agosto de 2009

Lo que hace la caló




Debe ser por la caló, porque a esta perra lo de las relaciones carnales, exhibiciones de cuerpos, y prácticas de instintos básicos, no le ha dado nunca por hincarle el diente.

Este es el segundo artículo y además consecutivo que sobre desnudeces y carnes liberadas se despacha la susodicha y veo con preocupación que voy a tener que enfriarle su mente calenturienta aunque sea a base de golpes bajos.

Como no me deje más alternativa, le aplico las últimas declaraciones de doña Cospedal que tienen toda la pinta de producirse bajo los efectos secundarios de una canícula abrasadora.
Mi perra hace apostolado del naturalismo porque no tiene sentido del pudor ni de la decencia y solo se deja por convicción moral que le ate un pañuelo tricolor el día de la República.

El resto del año persigue con saña a cualquier tipo de chucho o chucha que ose cruzársele con chalequitos de colores y otros adminículos absurdos mientras les da una charla sobre el sentido de la alienación perruna y les regala –su afán pedagógico me está costando una fortuna- una edición de bolsillo de “La rebelión en la Granja” de Orwel.

Por eso que la alcaldesa de Cádiz se haya empeñado en ocultar las partes cada vez más reducidas que los bañistos y bañistas exhiben en las playas de la gente de orden, bajo amenaza de infracción leve pero con multa de pronóstico reservado , tiene que ser otra consecuencia de la caló en la Tacita de Plata y de la alerta amarilla.

Ayla no entiende a que tanto empeño administrativo y celo municipal por imponer tan escasos centímetros cuadrados aunque sean de colorines o de imitación de tigres –que para todo hay – si con los tangas y minitangas, bikines y tribikines, ya se muestra lo suficiente como para alterar la paz ciudadana.

A ver quien te manda -dice mi perra muy contrariada- por la prohibición general de que los perros no puedan echar también su veranito en la playa, en tanta porfía en vender pareos, velos, bañadores de cuerpo entero y de largo pirata para los mozos y mozas que casi es deber cívico exhibir su divina juventud para distraernos de tanta crisis.

Si el papa va a sufrir la misma fisura de costilla por el codazo propinado por la Mari cuando se le vayan los ojos detrás de las líneas bronceadas y apolíneas de turistas y nativas. Si el moro que llevamos dentro va a fruncir el morro igual y susurrar vengativo la canción de La Mandrágora cuando la mari empiece con las comparaciones:
“Es mísero, sórdido y aun diría tétrico,
someterlo todo al sistema métrico.
No estés con la regla más de lo que es natural,
te aseguro chica, que eso puede ser fatal”

Si a los nenes y a las nenas, les da igual, que ellos están a sus castillos de arena y a los yayos y las yayas, lo único que puede darles es envidia de que no todo el tiempo pasado fue mejor, a ver Teófila -dice renegando mi perra- a ver pa que tanto.

Si al final -ladra alborozada- no son los que andan desnudos y de día los del escándalo público, sino los que van vestidos y buscan las zonas ciegas de las farolas los que tienen prisa para quitarse la ropa.

Como veo que esta perra se me está poniendo estupenda, intento corregir el parlamento hablándole de la falta de competencias municipales del Ayuntamiento de Cádiz para inventarse esta infracción y de la derogada Ley de Costas, pero no me sigue esa cuerda.

Ayla me augura que a Doña Teófila, el sindicato de la Policía Local le va a buscar las cosquillas contencioso-administrativas, porque si no quieren ser denunciados por los nudistas como mirones, van a tener que ir poniendo las papelas a los infractores en pelota y tetas picadas y por ahí no, porque la autoridad exige un respeto.

Lo dicho, mi perra cree que las sombras de las gaviotas son alargadas y como las previsiones meteorológicas no mejoran, le ha mandado, a la alcaldesa de Cádiz por Segur cargamento de señales que ilustren tanto de noche como de día, las normas de urbanidad a seguir.

Que con lo que hace la caló se empieza al lado del agüita suelto de prendas y luego a luego no le falta ná para ir sueltos de costumbres. Solo faltaba que de eso también opinase en diferido Doña Cospe.

2 comentarios:

  1. Pues sí que es cierto, hombre, digo perra, que las mayores muestras de impudicia se practican en cuartos oscuros en los que se negocian aprobaciones de PAU el día antes de que una alcaldía cambie de manos; o modificaciones 'ad hoc' de leyes que regulan la explotación de proyectos de singular interés ahora que el chollo urbanístico del que todos comieron nos ha dejado desnudos, es decir pelados; o créditos a mansalva y sin garantías a personajes que además editan medios de comunicación, para que todo el mundo siga chupando lascivamente de la misma teta y que nadie sepa nada de cómo es la trastienda.

    Suerte que ese tipo de cosas en CLM no ocurren, como sí se suceden las prebendas y los favores, las contrataciones de empresas a dedo a cambio de sustanciosos y jugosos dineritos, y trajecitos que tapan las pudendas y demases, que después la Justicia es incapaz de demostrar.

    Es cierto. Sólo faltaba que de eso opinase en diferido Doña Cospe, cullons. Ella que va siempre tan moderna y elegante a la par que informal, y que ha sido sueño erótico de no sé cuántos galanes de Consistorio y otros lugares con rincones tenebrosos, los mismos que después amparan, protegen y se enseñorean con leyes hipócritas para que ninguna fémina muestre el pezoncillo.

    Qué país. Qué tropa. Qué sindiós.

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  2. ... "como sí se sucden (en otros lugares)"...

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