sábado, 23 de mayo de 2009

Coronel mande firmes y repitan conmigo: “Trillo vete a Honduras”




El honor siempre ha sido patrimonio de la derecha como la virtud, la joya preciada de las hijas de buena familia, aunque un día un mal paso les llevara de week-end a Londres.

Esta semana hemos visto como un preboste de la derecha, un padre de la patria, un miembro del Opus Dei, cofrade de Nuestro Padre Jesús Nazareno, temoroso de Dios y de la lluvia fina de la que un acolito le resguardaba mientras recorría los restos del Yakolev 42, ha sido desprovisto de todo honor cívico y militar

Una tragedia, porque a un hombre de derechas se le puede perdonar casi todo, porque para eso es de derechas: que fume puros, que ponga los pies encima de la mesa, que requiebre sobre los escotes de las damas, que haga con ellas símiles desafortunados, exabruptos oratorios como el “manda huevos”, que el sastre y las vacaciones le salgan gratis, que se le sorprenda con alguna amante .-que eso das siempre más caché- o hasta que se equivoque de país en los vivas patrióticos, pero nunca jamás de los jamases que sea un hombre sin honor, ese don particular de los caballeros de antes.

Don Federico Trillo-Figueroa es ya un hombre sin honor, aunque sea el actual coordinador de Justicia del PP y ha guardado silencio tras la sentencia del Yakolev, no por respeto a la Justicia, sino por deshonra obligada ante los familiares de las víctimas y ante el propio ejército del que ahora se demuestra fue inmerecidamente ministro.

Uno que fue una de las últimas víctimas del servicio militar obligatorio y que logró sobrevivir en el arma de Infantería, ni bien ni mal, sólo fusilero Regular, a una milicia africanista con mando en plaza en Ceuta, que exhibía sin pudor su orgullo franquista en plazas de armas y compañías, aprendió de su experiencia castrense que en las Reales Ordenanzas no hay sitio para el libre albedrío y que todo tiene su principio y fin en la cadena natural de mando.

Por esta razón yo creo en la culpabilidad de los militares condenados, víctimas también de la escenografía castrense, del pase de revista para un funeral de Estado con 24 horas, cabezas de turco de la decisión política de la foto de las Azores y de las armas de destrucción masiva que nunca existieron, y sobre la que había que pasar página lo antes posible aunque se produjeran daños colaterales.

Lo único que le salva a Trillo, y le quito el señor para siempre, es que sus subordinados condenados, son prisioneros de ese honor que él no ha demostrado y asumen el marrón con gallardía, con estoicimo castrense, demostrando saber la lección bien aprendida de cumplir órdenes, creyendo que esa es la única responsabilidad a la que se deben.

Todos los embustes, el trato degradante, las presiones y coacciones a los familiares, proceden del mismo mal que es la cadena de mando, una cadena que ha quedado incompleta con un eslabón de indignidad y deshonor ante los uniformados y ante la sociedad civil.

A partir de ahora Federico, al que también le excuso el Don, espero que no asista a esas exaltaciones patrióticas que se miden por metros cuadrados de bandera tan afectas al PP, y evite así la vergüenza ajena al Ejército de verle y al público de tener que acompañarle.

Mi perra, que se orienta de forma fina con mis estados de ánimo y esta vez no ha metido baza, pide permiso para hablar y ruega el honor del punto final.

Relee el artículo, mira por la ventana pensativa, gira sobre sí misma, señal de que va a emitir uno de sus suspiros de señora bien y dice: “Coronel mande firmes y repitan conmigo Trillo vete a Honduras.

sábado, 16 de mayo de 2009

Probablemente los unicornios no existen


Dedicar tanto esfuerzo a rebatir la probable inexistencia de Dios, exhibiendo la duda existencial en los autobuses urbanos de Albacete, me parece un empeño tan baldío como organizar una campaña para que el unicornio sea declarada especie protegida, en detrimento del lince, un felino muy denostado últimamente por la Conferencia Episcopal.

La Asociación de Ateos de Albacete quiere colocar en los autobuses la leyenda “Problablemente dios no existe, deja de preocuparte y disfruta de la vida” y están enfadaos por que no les dejan ejercer su apología al colisionar los principios del libre mercado con los derechos a la libertad de expresión.

Mi perra que quiere ser solidaria con la Justicia, es decir, que aspira a que de una vez funcione como una institución del siglo XXI y de las TIC, argumenta que solo le faltaba a Tribunal Superior de Justicia, con la que pedrea de recursos que se avecinan sobre la pildora postcoital, la ley del aborto, la educación para la ciudadanía y alguna sarta de cohechos, que sus señorías también se tuvieran que arremangar las puntillas para dilucidar sobre si el principio de la existencia de un ser supremo o su contrario es equiparable como sujeto de derecho a los anuncios de lencería fina o a la primavera del Corte Inglés.

A Ayla, que cuando le llegó el momento de preguntarse sobre su origen, su identidad y derecho a la trascendencia a pesar de su naturaleza perruna, leyó a los filósofos malditos para orientarse, le parece la campaña un tanto timorata y acomplejada.

Mi perra suscribe lo de Cruz y Raya de si hay que ir se va pero que ir pa na… proponiendo un texto alternativo, que elimine definitivamente esa referencia agnóstica y unamuniana a la par que pelín acojonada del “probablemente” por un taxativo “dios no existe”, porque todo ateo que se precie no puede albergar dudas y si las tiene es un fraude al consumidor.

Poética y volteriana sugiere a la asociación de ateos de Albacete una leyenda alternativa que elimine cualquier ambigüedad como “Vivir es lo más peligroso que tiene la vida porque la otra alternativa es inaceptable” y menea su rabo contenta e impaciente por su ocurrencia mientras espera mi asentimiento.

Mi perra que por existencial no reniega de la utopia como fuente inspiradora del cambio social ve una pérdida inexcusable de tiempo y dinero en una campaña sobre la posible inexistencia de algo, cuando existen tantas realidades mesurables que deberían recabar la adhesión de voluntades y energías para su total erradicación como la explotación infantil y sexual, el tráfico de armas, el hambre, la tortura, el racismo, el cambio climático, y otras lindezas sobre las que no hace falta que me extienda.

A Ayla si declaran especie protegida al Unicornio, por hacer la gracia está dispuesta a ponerse una chapa, pero insiste que no está la cosa para andarse preocupados y ocupados con mitologías y si el tema es dar espectáculo, que los eclesiales y los ateos se echen un partido de futbol en el Bernabeu, eso sí, sin himnos que luego hay inventos que no se saben si son de Dios o del Diablo.


domingo, 10 de mayo de 2009

Suspiros comunitarios


La pendenciera de Ayla me provocaba el otro día para que criticara las declaraciones de Doña Espe, pidiendo a los ciudadanos que aprovechen las elecciones europeas para emitir un voto de castigo a Zapatero.


Como ustedes ya la van conociendo, que por sus venas, van matrimoniadas la chulería del foro con la bonhomía manchega, primó lo castizo y me espetó que “qué tenían que ver los cojones pa comer trigo” y que eso debía ser una maniobra de distracción para que dejemos de escudriñar en el fondo de armario del señor Camps.


Tras la preceptiva colleja correctora por malhablada, yo le explico que eso no es más que un pecadillo venial, porque Doña Rosa Diez también se ha apuntado al hurto del debate, Convergencia i Unio, ve la oportunidad para castigar al tripartito y allende de nuestras fronteras, quien más o quien menos desde estonios a chipriotas, aprovechan las elecciones europeas, para mojarle la oreja al partido en el gobierno respectivo.


En el pecado llevan la penitencia me advierte el chucho, porque luego se alarman de la alta abstención entre los 375 millones de europeos que tienen derecho a voto y que de confirmarse las predicciones, no llegará la participación ni al 50%, excepto en Bélgica, Luxemburgo y Grecia donde el voto es obligatorio y eso es trampa.


Ayla asiste atónita al espectáculo y como es proclive a las paradojas porque le permiten unos suspiros profundos con los que se queda muy ancha me subraya que los únicos que se toman en serio las elecciones europeas son los partidos euroescépticos, aunque sea a costa de querer hundir el invento de Adenauer, Monet, Schuman y Gaspieri y volver así a las cómodas y aburguesadas realidades nacionales.


Relaja, relaja –le recomiendo- porque estas cuestiones te sobrepasan por muy lista que te creas y ofendida sale de la habitación ante mi sorpresa por esa retirada tan pronta.


Minutos después de escucharla trastear por cajones y archivos me trae ufana en la boca su Pet Passport de la Unión Europea, que la acredita como bicho comunitario con derechos en toda la UE incluido el espacio Sghegen.


A lo mejor la única excepción -me dice mi perra un tanto mosqueada por poner entredicho sus derechos comunitarios y que vuelve a la carga- es Italia, porque Berlusconi, con la inclusión de modelos y lindas señoritas en sus listas la Parlamento Europeo, il Cavaliere sí ha logrado centrar el debate en su país.

Mientras los conservadores británicos le ponen las pilas a Gordon Brown por se ha pasado en la factura del Fairy; los franceses especulan con el embarazo de la candidata europea, de Sarkozy, de la que no se conoce varón, y a los populares españoles, los resultados del 7 de junio les sirve tanto para un roto como para un descosido: desde una moción de censura a Zapatero en el Congreso como para la dimisión del presidente del Gobierno Balear, una conclusión a la que ha llegado sin ayuda de nadie ese caballero legionario y dechado de virtudes parlamentarias llamado Vicente Martínez Pujalte.

Ayla diagnostica la falta de interés de las elecciones europeas en que no tiene formato para la emoción porque no tiene noche electoral ni buffet, porque no hay Dios que aguante un proceso electoral de cuatro días, porque unos puedan votar con 18, otros, con 21 y otros con 23 y eso no es serio, porque no hay nominaciones como en Gran Hermano, ni careos como en Supervivientes, porque no hay nadie a quien insultar como en la Noria y eso lo vuelve todo muy aburrido, porque sus señorías tan pronto están en Bruselas como en Estrasburgo, y así no hay forma de pillarles en un renuncio, y son en el fondo unos insolidarios, al dejar todo el esfuerzo por dar color, vida y sabor al señor Berlusconi y así no se puede.

A mi el discurso tan trivial de mi perra me enerva, porque le explico que el futuro parlamento europeo, con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, va a tener una influencia determinante y desconocida hasta ahora en la Unión Europea y que las directivas comunitarias condicionan más del 50% de las legislaciones nacionales, y si no que se acuerde de la propuesta de la Comisión Europea de ampliación de la jornada laboral a 65 horas y que fue finalmente rechazada por el Parlamento Europeo.

Ayla vuelve a sus paradojas para poder suspirar profundamente diciendo que entonces debe haber un contubernio judeo-masónico como los de antaño y de carácter universal por los esfuerzos de algunos partidos políticos para que 375 millones de europeos y europeas no se enteren de nada y que cómo decía La Bombi, que debe estar ya jubilá: “porque será”.