sábado, 13 de junio de 2009

7-J La izquierda en el sollado


Mi perra ha dejado reposar los resultados electorales del 7-J cediendo el paso elegantemente a todos los opinadores profesionales y aficionados para poder saltar al terreno de juego sola en plan Cristiano Ronaldo en un partido que se jugaba en Europa pero para el que nadie había comprado entradas.

Ayla se ha estado preguntando desde el pasado domingo qué es lo que ha pasado y como ideológicamente está más fichada que el Lute cuando era el Lute, -gracias Sabina- equilibra la balanza poniendo empeño de razón y corazón.

Mi perra asegura que las elecciones europeas son una pachanga democrática a las que acude sólo esa hinchada fiel que siente los colores.

Si esta reflexión canina fuera cierta, nos encontraríamos en unas elecciones que han querido ser una demostración de fuerza de cada partido, y a tenor del resultado, en cada uno de sus territorios, deberá extraer sus conclusiones acerca del músculo de su organización, capacidad de comunicación y motivación ante sus propios militantes y ciudadanos.

Ayla –que todavía esta pelín depre con los resultados- culpa de la elevada abstención que ha recorrido el viejo continente en buena parte a sus euroseñorías, que una vez obtenido el escaño, entre las clases de idiomas, reuniones con lobbys, desplazamientos a las sedes parlamentarias, comisiones y algo de turismo, no tienen tiempo en cinco años para explicar a qué se dedican y luego pasa que llaman a la puerta y nadie sale a abrir.

Mi chucho, que como ya saben sus admiradores tiene pasaporte comunitario y ahora está emperrada en hacerse con una beca Erasmus, cree que los europeos y las europeas han dado por amortizado el invento y nos enfrentamos verdaderamente a un cambio de ciclo, aunque no el pregonado por esta nuestra derecha patria tan neo en el mercado y tan arca en los derechos

La Europa Social, progresista y de los ciudadanos, tan testimoniada por la izquierda europea, no encuentra entre la socialdemocracia un corpus ideológico coherente, coordinado y transnacional, por lo que lleva vagando erráticamente varias décadas, incapaz de ofrecer alternativas reales de poder y de gobierno, mientras sus desencantados se le refugian en pensar en verde, ONG,s y redes sociales virtuales al uso

Los partidos conservadores y liberales tienen su certero diagnóstico para los resultados de estas elecciones europeas y si me apuran para los de cualquier otra como es el supuesto “Fin de la ideologías” –Rajoy dixit- cautivados por las tesis de Bell desde los años 60 o su niña mimada más reciente con sus 17 añitos de primor de “El fin de la Historia” de Fukuyama, que intenta consagrar el alfa y el omega del Pensamiento Unico.

Ayla que está más pegada al bancal que un caracol a la hoja de una lechuga y que tiene una capacidad destructora ilimitada para rebajar la envoltura intelectual de celofán de cualquier razonamiento, traduce para sí que el fin de las ideologías es solo un ovejo empachado de hierba después de la ruta trashumante y que sólo volverá a recordar que es un ovejo cuando le acarreen de nuevo al camino a palos en busca de nuevos pastos.

Como le afeo esta traducción simultánea tan poco rigurosa y grosera, además de inapropiada para una perra que se las da de leída y versada sobre los conflictos humanos y divinos, me dice que esta es la versión poética de Mairena sobre lo que pasa en la calle.

No obstante –dice con el ego subido- si es por darte gusto, te lo puedo decir en prosa y lo que ha pasado es que la derecha siempre ciñe a barlovento con todo el aparejo, haya calma chicha o mar gruesa, mientras que la izquierda se queda siempre en el sollado debatiendo sobre la maestría del piloto y la conveniencia del rumbo de derrota, saliendo solo a cubierta en caso de naufragio inminente.

Y esas estamos –argumenta- y no en otras, y aunque el aviso de tormenta ya está dado, ni la nave está a la deriva, ni la marinería ha arriado bandera, que por estos lares, ya sabemos que los ciudadanos discriminan muy bien el voto y todavía se acuerdan del cuatrienio negro local en Albacete y no vale el posado de Vital Dent ni de todos los que vienen a quedarse en Castilla-La Mancha hasta el día después del acta.

Ayla no está dispuesta a que la derecha le venda ninguna amoto, ni del Fin de la Idelogías ni de El fin de la Historia, pero toma nota que si es cuestión de músculo, para las próximas citas electorales o vamos yendo al gimnasio o la muchachada del registrador de Santa Pola va a ir encargando una jartá de trajes a medida y escuadrillas Falcón para invitar a las niñas de Berlusconi a alguna cala balear.


No hay comentarios:

Publicar un comentario